Tuesday, May 06, 2008

Los dioses y la bifurcación de los caminos.

Leer un libro es también involucrarse de tal forma que lo fantasioso se convierte en una realidad cercana. Las constantes metáforas que se presentan en la Iliada, muestran dioses benévolos que con sus alas salvan a los mortales de su fatal destino, dioses que dejan su apariencia divina y perfecta para convertirse en mortales que engañan y moldean todo según sus intereses. No debe ser fácil siendo un mortal, lidiar con la constante presencia de estos dioses, que ven el mundo terrenal como un juego de fichas, el cual pueden modificar a su antojo. El destino, de nuevo juega un papel crucial en la historia, de nada sirven ruegos, ni suplicas ni ofrendas que se le hagan a los dioses, ya lo que se ha estipulado asi será.
Pasa con Aquiles, un heroe terrenal que se confunde con lo divino. Llega al mundo con la intención de acabar con lo que se cruce por su camino, en el fondo Aquiles no es un demonio, es una maquina. En eso se ha convertido. Aquiles ya sabe que su destino es morir muy joven. Y que aun asi su nombre sera recordado por la eternidad, como el mortal, de los pies ligeros, que parecia ser invencible.
Para los mortales, la trama se convierte en un mapa de posiblidades infinítas, una serie de caminos que se bifurcan y que al final convergen en un mismo punto. Un punto que es establecido por los desginsio del destino, pero que es alterado constantemente por unos dioses caprichosos.

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